SENDEROS
NUEVO VIDEO ARTISTICO DEL ARTISTA ARISTIDES UREÑA SERA PRESENTADO EN CENTRO AMERICA.
The new artistic video by Aristides Ureña Ramos will be presented in the center of America.
"SENDEROS", ES EL TÍTULO DEL VIDEO ARTÍSTICO QUE PRESENTARÁ EL ARTISTA PANAMEÑO: ARISTIDES UREÑA RAMOS, EN PRESTIGIOSOS MUSEOS Y GALERÍAS DE CENTRO AMÉRICA, DURANTE TODO EL MES DE JUNIO.
"SENDEROS" is the title for the artistic video presented by the panamanian artist: Aristides Ureña Ramos in prestigious museums and galleries in central america, through out june
CONTEMPORARY ART NEWS......................revista cultura contemporanea
Proyecto Cultural EL SITIO /GUATEMALA
coordinador:GerardoGarcia del Cid (artista): Gerardo Garcia del Cid (artista)
5a. Calle Poniente - 15- La Antigua Guatemala/GUATEMALAgerardogarcia@elsitiocultural.orghttp://www.elsitiocultural.org/
-ESPACIO: Sala principal del centro cultural.
-FECHAS: Presentacion los domingos 3,10,17,24 de Junio antes del cine dominical.
MUSEO DE LA PALABRA Y LA IMAGEN /EL SALVADOR
Cordinador: Carlos Henriquez Consalvi /Director
27 Av. Norte 1140, col. La Esperanza – San Salvador/ EL SALVADOR museopalabra@telesal.net http://www.museo.com.sv/
-ESPACIO: Sala Museal con proyeccion Digitalen.
-FECHAS: desde el 01 de junio al 30 de junio /Proyecciones en orarios del museo.
CENTRO DE ARTES VISUALES CONTEMPORANEO DE MUJERES EN LAS ARTES CAVC/MUA /HONDURAS
Coordinador: Bayardo Blandino/Director Artistico y Curatoria
cavc@muaartes.org.hn http://www.muaartes.org.hn/
-ESPACIO: Video proyecciòn data show/DVD; Sala de Proyecciones CAVC/MUA
-FECHAS: Programacion Cabina Maniobra 13-14-15 / 20-21-22 / 27-28-29 de Junio.
GALERIA ALLEGRO / PANAMA
Coordinador: Mirie Mouynés/Director allegroart@cwpanama.net
-ESPACIO: Sala multi-disciplinar,
proyecciones en horario de galerìa: de lunes a sàbado, de 10.00 a.m a 7:00 p.m.
-FECHAS: Desde el 06 de junio al 16 de junio 2007.
Senderos/ “Video”
Video
Dvd digital-2005/2006
11 minutos
Video
Dvd digital-2005/2006
11 minutos
Ultimo video/trabajo de Aristides Ureña Ramos. En esta nueva obra, podemos apreciar las reflexiones por las cuales está pasando el artista. A manera de “LABERINTO” ha querido construir a partir del montaje de la obra a la presentación de la misma, un itinerario de interrogaciones y momentos de meditación.
Descripción de la obra:
Descripción de la obra:
La obra “Senderos”, transcurre a través de momentos bien delineados, los estados de ánimo del hombre..... “Es el viaje interior de individuo, es una busquedas a nuestras inseguridades, a través de las interrogaciones y dudas, la certeza del ser....”.
Las imágenes evocan: El nacimiento, La Soledad, El Viento, El Espacio, El Silencio, La Oscuridad, La Fuerza, El Origen.
Presentación por el artista:
El artista explica las motivaciones que lo llevaron a crear este video, dando una presentación de su obra.
“SENDEROS”
por:ARISTIDES UREÑA RAMOS
“SENDEROS”, es el fruto de algunas reflexiones, que se anidaban dentro de mí desde hace algunos años, reflexiones sobre el modo de entender y captar las artes.
Trataré de resumir estas consideraciones, esperando sirvan a la compresión de este video.
I
Trataré de resumir estas consideraciones, esperando sirvan a la compresión de este video.
I
Muchas veces, nos encontramos, al leer un Poema, al escuchar un brano musical o ver una obra pictórica que captura nuestra inmediata atención.
La emoción que estas obras nos procuran, en esos momento, nos llevan a concluir que estamos frente a una buena obra artística.
Porque la buena obra artística no necesita de intermediarios, para cumplir con su fin, conmovernos y emocionarnos.
La emoción, NO necesita del SENTIMIENTO para existir. La emoción es aquel don divino que nos pone delante de nuestra fragilidad humana.
El Sentimiento necesita activar la razón para existir….en cambio, la EMOCIÓN no necesita de esta, ya que es directa, incontrolable e irracional, y a través de esta “condición” -que pertenece al género humano- exaltaremos las Artes.
II
“Senderos” es una obra para captar por contacto, ya que toda la atención que he puesto en su realización radica en que sea captada en su parte emocional.
No podemos condicionar a las personas para que se emocionen, pero si podemos enseñar a CAPTAR, y muchas veces a través de las ARTES podemos ejercer esta función.
He sostenido siempre, que las Artes son las expresiones mas íntimas de los hombres que florecen desde el interior del género humano…a veces, desnudando las fragilidades, exaltando sus contradicciones.
La actitud hacia la comprensión de las Artes, necesita de esta condición, es así que, el abandonarse a captar en “estado de emoción” una obra, ayuda a la comunión de lo sublime y de la creación.
III
“Senderos” es el viaje, son los camino a través de la vida, un continuo interrogante, a través de pausas y tensiones.
Cada pausa y tensión, viene unida por el andar errante de “Un caminante”, que nos indica “el tiempo” que a través de la vida, tiene su inicio y su final.
Un caminante, colocado en el mundo real, nuestro mundo… arrullado por la naturaleza, através de nuestras emociones.
Árido, silencio, cielo, espacio, vacío, obscurida, temor, agua, vida, corriente, alegría, naturaleza, soledad, matorrales, dificulta, lucha, recuerdos, cansancio, reposo, llegada, fuego y final.
Ficha Técnica:
“SENDEROS”/ Video
Dvd /digital
11 minutos durada.
2005/ 2006
La obra cuenta con un breve comento musical/visivo que anticipa el VIDEO y sirve de PAUSA o TELON de entrada, para controlar el tiempo de “INTERVALOS” entre las proyecciones.
Montaje: -Para Galerías, Museos y Entes culturales.
A – La obra video “SENDEROS” puede ser proyectada independientemente en una sola sala, con TV videoregistrador..
B - O al interno de otras proyecciones (puede ser inserido en un programa o proyecto de videos)
C- Siendo una obra Video, su facil utilizo se presta a improvisaciones del caso (segun exisgencia del lugar de proyeccion).
Presentaciòn Critica por Jason Waite (en Ingles y Español)
Reflective Borders
by Jason Waite
by Jason Waite
Senderos is a voyage through the union of the active and contemplative dialectic, embodied in the deceivingly simple action of a walk. Aristides intentionally de-contextualizes the locations of the start and terminus, turning the focus on the act of walking itself. Destination is of no concern, but rather the fact that one is in motion. The ambient noises; crackles of wind, rustle of the leaves, the babble of the stream, are mixed into a natural alchemy of images and sound. Drawing parallels between the ‘symphony’ of nature and the compositions of the enlightenment, the musically talented Aristides meditates on the macro structuring of the auditory environment: excavating the foundations of natural sounds and interweaving the harmonies of western music to provide an audio experience that stimulates the roots of emotions. It is this visceral, as opposed to sentimental, reaction that is so captivating in Senderos.
The action of the walk itself is reminiscent of an existentialist pilgrimage, movement through the physical and metaphysical realm as a form of reflection. Though this action is not isolated rather, the journey in Senderos is as much a ‘mediation’ as it is a meditation, such as Plato’s strolls through the Academy with his pupils; communicating while communing with nature. It is from those beginnings that the walk became a fundamentally political action. This autonomous, egalitarian movement utilized by generations, in solitude or groups to affect a change in the social landscape. This is furthered by the accompanying protagonists, the sandals. Seemingly of western origin like so many culturally appropriated objects, instead, woven in those strands of leather are the ancient traditions of the indigenous inhabitants of Latin America. Those same people who have continued the craft for generations as well as a maintaining a continuity of customs that has recently come under threat, a situation that Aristides has long followed in his artwork.
As walking moves into the virtual terrain of such domains as Second Life, it is the pronounced immersion in a fluid space time that Senderos foretells. An interior exploration, where the avatar is actually the subject. The distortion of real-time is implicitly rejected, rather, employing contemporary film practices such as ‘point of view’ and the exclusion of special effects to arrive at a profound simplicity within the technologically complex area of video. These techniques have started to be seen in the nascent Central American video art scene, but it is Aristides who first began their usage through his study of Bertolucci and Pasolini.
Set in an adjacent nature, with glimpses of telephone lines and habitations, Senderos is akin to Henry David Thoreau’s refuge, Walden Pond, which was not found in a remote oasis but rather the suburbs. This periphery is where one can listen to the echoes of humanity and yet maintain a contemplative distance to explore one’s relationship to vast complex network of society. Walking on this boundary of society is, in fact, the role of the artist: circumscribing the edge and acting as a mediator between a new aesthetic and conceptual territory and what is known. There are incursions to the center, reconnaissance trips beyond the frontier, but it is on the unstable constantly changing border to which the artist continually returns to, only to redefine it once again. It is here on the perimeter where we find the importance of the Central American artist in the context of globalization. Living on the edge of what has become the new boundary with a vast mix of cultures and histories compact into unique states. The pulmonary center of capitalism where goods are pumped through a canal with a width of 93 meters. This frontier is imbued with the effects of the current liberal capitalist system but not yet fully immersed, providing the ideal vantage point to investigate the ever-changing ‘nature’ and subtlety of the hegemony. As we take part in the journey of Senderos will we arrive at a utopia or is it the progression itself where we find a subtle rapture.
The action of the walk itself is reminiscent of an existentialist pilgrimage, movement through the physical and metaphysical realm as a form of reflection. Though this action is not isolated rather, the journey in Senderos is as much a ‘mediation’ as it is a meditation, such as Plato’s strolls through the Academy with his pupils; communicating while communing with nature. It is from those beginnings that the walk became a fundamentally political action. This autonomous, egalitarian movement utilized by generations, in solitude or groups to affect a change in the social landscape. This is furthered by the accompanying protagonists, the sandals. Seemingly of western origin like so many culturally appropriated objects, instead, woven in those strands of leather are the ancient traditions of the indigenous inhabitants of Latin America. Those same people who have continued the craft for generations as well as a maintaining a continuity of customs that has recently come under threat, a situation that Aristides has long followed in his artwork.
As walking moves into the virtual terrain of such domains as Second Life, it is the pronounced immersion in a fluid space time that Senderos foretells. An interior exploration, where the avatar is actually the subject. The distortion of real-time is implicitly rejected, rather, employing contemporary film practices such as ‘point of view’ and the exclusion of special effects to arrive at a profound simplicity within the technologically complex area of video. These techniques have started to be seen in the nascent Central American video art scene, but it is Aristides who first began their usage through his study of Bertolucci and Pasolini.
Set in an adjacent nature, with glimpses of telephone lines and habitations, Senderos is akin to Henry David Thoreau’s refuge, Walden Pond, which was not found in a remote oasis but rather the suburbs. This periphery is where one can listen to the echoes of humanity and yet maintain a contemplative distance to explore one’s relationship to vast complex network of society. Walking on this boundary of society is, in fact, the role of the artist: circumscribing the edge and acting as a mediator between a new aesthetic and conceptual territory and what is known. There are incursions to the center, reconnaissance trips beyond the frontier, but it is on the unstable constantly changing border to which the artist continually returns to, only to redefine it once again. It is here on the perimeter where we find the importance of the Central American artist in the context of globalization. Living on the edge of what has become the new boundary with a vast mix of cultures and histories compact into unique states. The pulmonary center of capitalism where goods are pumped through a canal with a width of 93 meters. This frontier is imbued with the effects of the current liberal capitalist system but not yet fully immersed, providing the ideal vantage point to investigate the ever-changing ‘nature’ and subtlety of the hegemony. As we take part in the journey of Senderos will we arrive at a utopia or is it the progression itself where we find a subtle rapture.
Fronteras de reflexión
Por Jason Waite
Por Jason Waite
Senderos es una travesía a través de la unión de una dialéctica activa y contemplativa, personificada en la aparentemente sencilla acción de caminar.
Aristides, intencionalmente, saca de contexto las locaciones del inicio y el final, haciendo énfasis en el acto mismo de caminar.
El destino no es lo importante, sino el estar en movimiento. El bullicio del ambiente, el crepitar del viento, el crujido de las hojas, el murmullo de la corriente, se mezclan en una alquimia natural de imágenes y sonidos. Estableciendo paralelos entre la “sinfonía” de la naturaleza y las composiciones de la iluminación, el musicalmente talentoso Aristides medita sobre la macroestructura del ambiente auditivo, extrayendo los cimientos de los sonidos naturales y entrelazando las armonías de la música occidental, para ofrecer una experiencia auditiva que estimula lo más profundo de las emociones. Es esta reacción visceral, no sentimental, la que hace de Senderos una obra cautivadora.
La mera acción de andar, evoca un peregrinar existencial, un movimiento a través de los campos físicos y metafísicos como una forma de reflexión. Aunque esta acción no está aislada, Senderos es tanto una “mediación” como una meditación -así como los paseos de Platón con sus pupilos a través de la Academia- comunicándose, mientras se comunica con la naturaleza. Ya desde esos inicios, el caminar se había convertido, fundamentalmente, en una acción política. Este movimiento, autónomo e igualitario, ha sido utilizado por generaciones, en soledad o en grupos, para promover cambios en el panorama social.
Esto se profundiza gracias a los otros protagonistas: las cutarras. Aparentemente de origen occidental, como tantos otros objetos apropiados por nuestra cultura, en ellas se encuentran tejidas, en tiras de cuero, las antiguas tradiciones de los indígenas nativos de América Latina; esa misma gente que ha conservado sus labores artesanales, así como la continuidad de sus costumbres por generaciones, a pesar de verse recientemente amenazada, situación que Aristides ha seguido desde hace años en su obra.
Mientras el andar va moviéndose hacia los terrenos virtuales de una Segunda Vida, Senderos presagia la pronunciada inmersión en espacios de tiempo fluidos: una exploración interna, donde la misma transformación es, en realidad, el personaje. La distorsión del tiempo real se rechaza implícitamente. Más bien, utilizando prácticas contemporáneas de cinematografía como el “punto de vista” y la exclusión de efectos especiales, se logra una sencillez profunda dentro de la complejidad tecnológica del video. Estas técnicas han comenzado a verse en la escena des video artístico centroamericano, pero Aristides inicia su uso a través de su estudio de Bertolucci y Pasolini.
Situado en un ambiente paralelo, con vistazos a líneas telefónicas y residencias, Senderos se asemeja al refugio de Henry David Thoreau, Walden Pond, refugio que no encontró en un remoto oasis, sino, más bien, en los suburbios. En esta periferia es donde se pueden escuchar los ecos de la humanidad, manteniendo una distancia contemplativa para explorar nuestra relación con la vasta y compleja red de la sociedad. Caminar en esta frontera de la sociedad es, al fin y al cabo, el papel del artista: delimitar sus márgenes, actuar como un mediador entre una nueva estética y el territorio conceptual, y aquello ya conocido.
También hay aproximaciones al centro, viajes de reconocimiento más allá de los límites, pero es en la frontera, inestable y en constante cambio, hacia donde el artista regresa constantemente, para volver a definirla.
Es aquí, en el perímetro, donde encontramos la importancia del artista centroamericano en el contexto de la globalización. Viviendo al borde de lo que se ha convertido en una nueva frontera con una vasta mezcla de culturas e historias, compactadas en estados únicos, como este centro pulmonar del capitalismo, donde productos son sacados a través de un canal de 93 metros de ancho. Esta frontera está impregnada de los efectos del actual sistema liberal capitalista, pero no está aún totalmente inmersa, ofreciendo el punto de vista ideal para investigar la siempre cambiante “naturaleza” y la sutileza de esa hegemonía. Mientras tomamos parte del viaje de Senderos, llegaremos a una utopía o será sólo la progresión misma en la que encontraremos el éxtasis sutil.
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